Nuestros niños surcan con la mente sus ideales en pos de una mejor ventura, dejando huellas profundas en su formación cotidiana.
En ellos, está el porvenir que plasman con inquietud y vehemencia, dando razón a la propia existencia. semilleros de un vergel que se expande, ofreciendo lo mejor de sus frutos exquisitos.
¡Qué gozo par ala Patria que ve cumplir en su propio seno tan grandiosa misión!
Si algo distingue al pueblo argentino es su tesón, su espíritu solidario frente a las catástrofes, al hermano necesitado, a los S.O.S. que cada vez son más comunes y frecuentes en estos tiempos ante las emergencias o calamidades climáticas: tonados, movimientos sísmicos, terremotos, tsunamis, inundaciones.
Cada llamado es un grito de alerta y la conmoción se instala en cada corazón argentino, que no duda ni un instante en acudir, socorrer, auxiliar al necesitado, sin importar su nacionalidad.
Por ello, como ex docente, como vieja formadora de almas en la prestigiosa Escuela Nº3 "Tomás de Rocamora", de mi natalicia ciudad de Gualeguaychú a la que tanto amo, le expreso a la Patria en nombre de todas las generaciones que por ella pasaron, pasan y pasarán.
Gracias Argentina por ser una Nación tan amplia y generosa, gracias porque en estos 200 años frente a culturas y pueblos milenarios de Oriente y Occidente, nos asomamos a la historia grande como un pueblo adolescente, lleno de incertidumbre, inquietudes y problemas, pero también de sueños que iremos cumpliendo mientras aprendamos la lección de la experiencia, de lo vivido, de los aciertos y de los errores, tan necesarios para enmendar el derrotero y centrar el objetivo final: la realidad de ser una potencia rica, pujante y poderosa, sobre la faz de la tierra.
Ana Gorosterrazú de Atún.
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